domingo, 24 de mayo de 2009

FISIOTERAPIA: HIGIENE POSTURAL III

Siguiendo con la serie de artículos relacionados con la higiene postural, esta vez trataremos de exponer una serie de normas a seguir para no resultar lesionados a la hora de tratar con bebés.
Los padres y abuelos deben cuidar su espalda al realizar determinadas actividades, como coger a los niños de la cuna, bañarlos, enseñarles a andar y pasear.

- Coger al niño de la cuna
Cuando tenga que coger al niño de la cuna, piense en él como un peso adorable pero potencialmente peligroso para su columna. Cárguelo cumpliendo las normas para levantar peso. La manera más aconsejable es la "carga diagonal", partiendo desde la postura de pie con las rodillas flexionadas y no desde la de rodillas: colóquese junto a una esquina de la cuna (por ejemplo, la esquina izquierda), con el pie derecho atrasado y el izquierdo considerablemente adelantado. Flexione las rodillas, cargue al niño y estire las piernas para incorporarse.
Otra alternativa es apoyar el brazo izquierdo en el extremo opuesto al que toca su pie derecho, cargar al niño con el brazo derecho hasta colocarlo contra su cuerpo, apoyar entonces su peso en el pie izquierdo dejando de apoyar la mano izquierda y estirar las piernas para incorporarse. Una vez tenga cargado al niño, manténgalo centrado y lo más cerca posible del cuerpo.



- Bañar al niño
Para introducir o sacar al niño de la bañera, póngase de pie junto a la bañera con el niño en brazos, pegado al centro de su cuerpo a la altura del pecho y cuello. Separe ligeramente una pierna y retrásela. Apoye la rodilla de la pierna retrasada en el suelo y los codos en el borde de la bañera. Sujete al niño con un brazo, apoye el otro en el extremo opuesto de la bañera y deposítelo lentamente en el agua. Para sacarlo del agua, repita la operación al revés.
Enseñar a andar y pasear al niño
Al enseñar a andar al niño, no lo guíe desde atrás, cogiéndole las manos con los brazos del niño estirados por encima de su cabeza, pues eso le obligaría a mantenerse inclinado en equilibrio inestable, lo que será perjudicial para su columna, y también es incómodo para el niño. Si alguna vez quiere guiarlo, póngase de frente al niño, separe ligeramente las piernas y retrase un pie, y flexione las rodillas hasta que sus codos se apoyen sobre ellas. En esa postura, coja las manos del niño y guíelo de forma que él ande hacia delante y usted hacia atrás, con las rodillas flexionadas. Probablemente la musculatura de sus piernas se canse con rapidez por el esfuerzo, pero eso es mejor para su columna.

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